Si has intentado cambiar un hábito, probablemente te habrás dado cuenta de que no es algo fácil. La mayoría de los objetivos que nos ponemos en año nuevo, como hacer más ejercicio o comer más saludable, terminan por quedarse en el olvido después de un rato… hasta que decidimos retomarlas. Lo mismo pasa cuando tratamos de hacer un cambio en la forma en que consumimos alcohol, tabaco u otras sustancias.
Para poder comprender mejor cómo funciona este comportamiento es oportuno usar el Modelo transteórico de las etapas de cambio (Prochaska y DiClemente, 1984).
El modelo registra seis diferentes etapas o momentos que existen en el proceso. Importante aclarar que cada etapa puede tener diferente duración, que va desde instantes hasta meses.
Etapa 1: Precontemplación
Se refiere a ese momento en donde ni siquiera hay una intención de cambiar el comportamiento. Existe una normalidad en donde no se ha detonado una necesidad de provocar alguna alteración. En tema de consumo, podemos escuchar frases como «no tengo ningún problema con mi manera de tomar» o «lo tengo bien controlado».
Etapa 2: Contemplación
Para este momento, el individuo debió haber recibido algún estímulo que le revela la necesidad de un ajuste por hacer en su vida. Tal vez has pensado o incluso dicho frases como: «Me dí cuenta que mi manera de tomar me está causando problemas de salud, me canso muy rápido al hacer esta actividad». Otro ejemplo: «Creo que la relación con mi familia está viéndose perjudicada por mi forma de tomar».
Etapa 3: Preparación
Aquí es donde aparece la intención de tomar acción sobre el problema. Se le da forma, espacio y lugar al comienzo del cambio. Se verbaliza en un argumento como «A partir del próximo fin de semana dejaré de tomar». El individuo ordena los diferentes aspectos de su vida para que la transformación deseada pueda empezar a suceder.
Etapa 4: Acción
En este momento es cuando está sucediendo de forma activa la transformación de comportamiento, con la intención de formar un nuevo hábito. Todavía puede existir una resistencia al cambio, ya que existe una inercia para regresar a la rutina o a lo conocido, pero la determinación del sujeto puede llevarlo a lograr el objetivo. En los temas de consumo, aquí es donde la persona deja de tomar activamente y por su propia voluntad.
Etapa 5: Mantenimiento
Esta es la etapa del cambio sostenido. Aquí el nuevo comportamiento reemplaza al anterior. La intención es que esta etapa sea la más prolongada, y que el individuo pueda comenzar a sentirse cómodo con el nuevo hábito creado. Ya no cuesta tanto como en la etapa anterior. En temas de consumo, la persona empieza a darse cuenta y a disfrutar los beneficios de la abstinencia: «Ahora que ya no tomo, me siento mejor y tengo mejor relación con mi familia. ¡Estoy bien!»
Etapa 6: Recaída
«Estos días estaba muy estresado y le hice caso a unos amigos, volví a tomar. Me siento decepcionado conmigo. ¿Qué hago ahora?»
Recaer significa volver a los antiguos patrones de comportamiento. Esta puede ser la etapa más sorprendente e inesperada del modelo. Te puedes preguntar ¿cómo la recaída está considerada como parte del proceso? Y creemos que nuestra respuesta puede esperanzarte: Si la recaída no estuviera mapeada, probablemente la considerarías un error o una anomalía. Sin embargo, es tan común que suceda, que el modelo lo evidencia para que sepas cómo accionar cuando ocurra.
La última parte del modelo es la espiral que se encuentra al centro. Esto es para señalarte que, aunque la ilustración muestra un ciclo, nunca serás la misma persona después de una recaída. La invitación es que aprendas de ella en un marco de empatía y cariño hacia ti y los involucrados: «Entiendo las situaciones que detonaron mis ganas de tomar y a partir de ahora, intentaré evitarlas».
Identificar las distintas etapas en tu proceso puede ayudarte a lograr tus objetivos, y también a ser más paciente contigo mismo(a) en tus procesos.
¿Estás listo(a) para hacer un cambio en tus hábitos de consumo de alcohol u otras sustancias? En AVIONETA estamos para acompañarte. Contáctanos.